
Hoy es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción y estamos viviendo esta fiesta dentro del Adviento, nos estamos preparando para la venida del Señor. ¡Es un tiempo propicio para la conversión!
Es importante que en este tiempo comencemos a tener una mirada hacia adentro, una mirada que nos ayude a reconocer que sin Dios no podemos hacer nada, que lo necesitamos a Él para encontrar la paz que tanto anhelamos en nuestras vidas.
El libro del Génesis, que leemos en la primera lectura de hoy, hace referencia a cómo el hombre y la mujer fueron seducidos por la serpiente, a tal punto que dice la mujer: “la serpiente me sedujo y comí”.
Estemos atentos, la serpiente nos quiere seducir para que caigamos en la tentación. Es por eso que necesitamos pedirle al Señor que nos ayude a permanecer en su gracia. Para eso hay que estar prevenidos, aferrarnos a la oración del Santo Rosario, Adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, participar de la Santa Misa. De esta forma estaremos fuertes ante nuestras debilidades y firmes ante las tentaciones de la serpiente para no caer en pecado.
El pecado suele desanimarnos, desalentarnos, pero no nos olvidemos que este es un tiempo de conversión y de esperanza. Por lo tanto, si caemos en la tentación no le demos la satisfacción a la serpiente de desalentarnos, arrimémonos al sacramento de la confesión. El Señor nos perdona y nos está esperando para estar siempre reconciliados con Él para poder servirlo siempre con alegría.
¡Feliz día de la Inmaculada Concepción!
Padre Marcelo